29 de abril de 2012

Claudio Naranjo: “Para solucionar los males del mundo hay que arreglar las conciencias individuales”

Va a cumplir 80 años, pero su avanzada edad se diluye con la lucidez y dedicación con que habla. Tal vez sea porque sus palabras las emite directo del corazón y resuenan como urgentes verdades por atender.

No en vano, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo es un referente mundial de la psicología transpersonal, la Gestalt, la Psicología de los Eneatipos y una metodología que se podría sintetizar como psicoespiritual.

Desde los años 70 y su participación en el Club de Roma está sumido en hacer un aporte para solucionar los grandes problemas del mundo, puesto que es un convencido de que éstos "empiezan en la calidad de la conciencia de las personas y que todos los intentos políticos de arreglarlos están destinados a fallar, si no comienzan por lo esencial, que es arreglar las conciencias individuales".

Su propuesta es ampliamente conocida en España e Italia, pero como pocos son profetas en su tierra, aprovechó su reciente visita a Chile para presentarla públicamente. Su pensamiento se encuentra en sus libros.

La síntesis de lo que propone está en un programa llamado SAT, que viene hace 40 años investigando y refinando el método con diferentes grupos, y está destinado a formar personas que se conozcan a sí mismas.

Desde 1987 lo imparte sistemáticamente en Europa y América Latina. Su afán está en incorporarlo como parte de la formación en colegios y universidades para cambiarle el sentido a la educación. Pero todavía ésa es una tarea inconclusa. Sus colaboradores buscan financiamiento para que su sueño, de crear una educación nueva que forme a seres humanos, sea una realidad y en Chile también hacen gestiones a través de la Fundación Claudio Naranjo, pero aún sin resultados concretos.

"Creo que el fin de la educación tiene que ser para el desarrollo humano y no que esté fijada en el desarrollo de la industria, el mercado", afirma.

Para lograrlo, Naranjo creó este programa de transformación "el más eficiente del mundo, donde se puede en corto tiempo, dar un empujón a las personas para que comiencen procesos internos de búsqueda de desarrollo personal y donde aprenden a caminar por sí solos", asegura.

SAT tiene meditación budista de varias escuelas, psicología de los Eneatipos, Método Fisher-Hoffman (o método de cuadrinimidad) que es de limpieza del impacto que causa la relación con los padres, y teatro como medio terapéutico, entre otros elementos, que suman 17 en total.

Más que gratuidad

Claudio Naranjo piensa que más que buscar la gratuidad, la urgencia, está en cambiar la educación. "Ése es un primer paso porque la mercantilización es uno de la grandes problemas del mundo, donde los gobiernos le pertenecen al dinero. Nada es para la gente, todo es para los negocios", afirma.

Añade que él ve que las protestas no son sólo por la educación, sino que por el sistema, la injusticia, la inhumanidad, la falta de sabiduría de un mundo que funciona por el puro dinero, que se ha perdido y traicionado a los grandes ideales de otros tiempos.

"Aunque se diera la mejor educación, es una educación obsoleta que nació con el capitalismo y a la sombra del dinero. Ésa es una educación para crear una fuerza de trabajo y es excesivamente académica", sostiene.

¿Cómo se puede cambiar? "Salir del miedo a las autoridades que imperan como lobos vestidos de ovejas. No se les ve la cara de lobo. A la educación no se le ve que es tiránica, que es despótica, pero los niños no tienen libertad de expresión y ellos necesitan más la libertad de expresión que los adultos. Los adultos podemos callarnos. Los niños que no pueden decir, lo que piensan, lo que sienten, pierden la capacidad y se transforman en robots", responde el prestigioso doctor.

Por eso, su propuesta -insiste- es para el desarrollo de las personas a través de un cambio en la educación.

Explica, que si se quiere una sociedad con gente feliz, se debe comenzar por tener gente feliz, gente virtuosa, "no gente que trata de hacer las cosas bien, sino que es gente por ser cómo es, es buena. Somos buenos intrínsicamente".

Para ello -aconseja- hay que poner de lado el autoritarismo que dice "tú debes". "Ésa es una actitud policial, como si tuviéramos a un policía en la cabeza todo el tiempo y eso no es libertad, no es una forma humana de ser", señala.

En ese sentido, habla también de la importancia de la autenticidad, los valores y el respeto hacia ellos, donde nace un amor admirativo que hace juego con el amor compasivo e incluso, con la capacidad de goce.

Sin embargo, "la educación funciona como si no le interesara para nada la felicidad de las personas, de los niños, lo que es una aberración, es inhumano. No tener empatía con los niños y sus búsquedas de la felicidad, que pasa por el placer". Su crítica es hacia la civilización patriarcal que, afirma, ha criminalizado el placer. "Mi manera de plantear el cambio no es patriarcal ni matriarcal sino, como diría
Totila Albert, es filiarcal", apunta.

"Decía que nuestros tres cerebros, que tienen que ver con el amor, el intelecto y el instinto son como tres personas, el padre, la madre el hijo. Él criticaba a todas las religiones por haber descuidado el equilibrio de esos tres en la familia. Entonces, para que cambie la familia, tiene que cambiar el mundo interior y viceversa están muy unidos unos con otros. Por eso creo que las constelaciones familiares van a servir mucho en estas transiciones", aclara.

Por lo tanto, propone que la educación debe desarrollar competencias existenciales y laborales para vivir entre humanos, principalmente, como el autoconocimiento, "porque sin conocimiento de uno mismo, uno se queda pegado en la misma cosa, en automático y llevado por la corriente", sintetiza.

Por Francisca Vargas V.

26 de abril de 2012

G. Gurdjieff y el Cuarto Camino

trabajar sobre sí mismo según Gurdjieff

Pero cuando estábamos de nuevo solos con G., a menudo destruía con una palabra todo lo que habíamos imaginado sobre nosotros mismos: nos forzaba a ver que, de hecho, todavía no sabíamos ni comprendíamos nada, ni de nosotros mismos , ni de los demás.

«Todo el problema viene de su convencimiento de ser siempre uno y el mismo», decía. «Pero yo tengo una visión muy diferente de ustedes. Por ejemplo, veo que hoy un Ouspensky ha venido aquí, mientras que ayer estuvo otro Ouspensky. En cuanto al doctor, antes de la llegada de ustedes, nosotros dos estábamos juntos, y hablábamos: él era un cierto doctor. Entonces llegaron ustedes. Se me ocurrió echarle una mirada: ya era totalmente otro doctor. Al que vi cuando estaba solo con él, ustedes lo ven muy rara vez».

«Nótenlo bien», dijo G. al respecto: «cada hombre tiene un repertorio definido de papeles que desempeña en circunstancias ordinarias. Tiene un papel para cada clase de circunstancias en que se encuentra habitualmente; pero colóquenlo en circunstancias ligeramente diferentes, y será incapaz de descubrir el papel que concuerda con ellas, y por un breve instante se volverá él mismo. El estudio de los papeles que cada uno desempeña es una parte indispensable del conocimiento de sí. El repertorio de cada hombre es extremadamente limitado. Si un hombre dice simplemente “Yo” e “Iván Ivánovich”, no se verá a sí mismo todo entero, porque “Iván Ivánovich” tampoco es uno solo; cada hombre tiene por lo menos cinco o seis de ellos: uno o dos para su familia, uno o dos para su oficina (uno para sus superiores y el otro para sus subordinados), uno para sus amigos en el restaurante, y otro también, quizá, para las conversaciones intelectuales sobre temas sublimes. Según los momentos, este hombre está completamente identificado con uno u otro, y es incapaz de separarse de él. Ver sus papeles, conocer su propio repertorio, y sobre todo saber cuán limitado es, ya es saber mucho. Pero he aquí lo más importante: fuera de su repertorio, es decir tan pronto algo le haga salir de su rutina, aunque sólo sea por un momento, un hombre se sentirá terriblemente incómodo, y entonces hará todo esfuerzo para volver cuanto antes a uno u otro de sus papeles habituales. Recae en el camino trillado, y todo se encarrila de nuevo sin tropiezos para él: todo sentimiento de malestar y de tensión ha desaparecido. Siempre es así en la vida. Pero en el trabajo, para observarse a sí mismo, es absolutamente necesario admitir este malestar y esta tensión, y no temer ya los estados de incomodidad e impotencia. Sólo a través de estos estados puede un hombre realmente aprender a verse. Y es fácil captar la razón de ello. Cada vez que un hombre no se encuentra en uno de sus papeles habituales, cada vez que no puede hallar dentro de su repertorio el papel que convenga a una situación dada, se siente como un hombre desnudo. Tiene frío, tiene vergüenza, quisiera huir para que nadie lo vea. Sin embargo, surge la pregunta: ¿qué es lo que quiere? Si quiere una vida tranquila, ante todo nunca debe salir de su repertorio. En sus papeles habituales, se siente a sus anchas y en paz. Pero si quiere trabajar sobre sí mismo, tiene que destruir su paz. Pues el trabajo y la paz son incompatibles. Un hombre tiene que escoger, sin engañarse a sí mismo. Esto es lo que le sucede más frecuentemente. En palabras, dice que escoge el trabajo, cuando en realidad no quiere perder su paz. El resultado es que está sentado entre dos sillas. Esta es la más incómoda de todas las posiciones. Un hombre no hace ningún trabajo y sin embargo tampoco obtiene ninguna comodidad.

Desgraciadamente, le es muy difícil mandarlo todo al diablo y comenzar el trabajo real. Y, ¿por qué es tan difícil? Ante todo, porque su vida es demasiado fácil. Aun aquellos que creen que su vida es mala, están habituados a ella, y como ya están habituados, en el fondo poco les importa que sea mala. Pero aquí se encuentran ante algo nuevo y desconocido, de lo cual no saben si podrán o no obtener un resultado. Y lo peor es que tendrán que obedecer a alguien, les será necesario someterse a la voluntad de otro. Si un hombre pudiera inventar para sí mismo dificultades y sacrificios, algunas veces iría muy lejos. De hecho esto es imposible. Es indispensable obedecer a otro hombre y seguir una dirección general de trabajo que no puede ser controlada sino por una sola persona. Para un hombre que se estima capaz, en su vida, de decidir todo y de hacer todo, nada le sería más difícil que esta subordinación. Naturalmente, cuando logra liberarse de sus fantasías y ver lo que es en realidad, la dificultad desaparece. Pero precisamente esta liberación no puede producirse sino en el curso del trabajo. Es difícil comenzar a trabajar y sobre todo continuar trabajando, y es difícil porque la vida corre demasiado fácilmente.»

P. D. Ouspensky, Fragmentos de una enseñanza desconocida, Ganesha, Caracas, 2009

9 de abril de 2012

Acompañamiento Terapéutico Gestáltico

El Acompañamiento Terapéutico desde la Gestalt como lo entiendo y lo practico es algo así...

"Caminemos juntos en esta parte de tu camino que te incomoda y te duele.
Des-cubre tus sensaciones corporales y tus emociones...  
Explora... sí, date permiso para entrar en ese mundo interior que pocas veces visitas, quizá porque te incomoda.
Recuerda que no estás solo, mi compromiso es acompañarte durante tu tránsito por lo que te afecta y te duele. Confía en lo que te dice tu cuerpo, vuelve a lo esencial, a tus sentidos.
Entra en tu incomodidad y quédate un rato ahí. Entra en tus miedos, angustias, tristezas, frustraciones y lo que te duele...
Exprésate de la manera que sea... llora, ríe, canta, baila, juega, pinta, grita. Explota en ira, tristeza, alegría u orgasmo las veces que lo necesites. Actualiza tus emociones desactualizadas (llora lo que no lloraste, grita lo que no gritaste, ríe lo que no reíste, etc...), para desbloquear esa energía contenida que te limita. Date permiso para volverte loco, para desestructurarte...
Te estaré acompañando cuando entres en tu oscuridad, sin juzgarte; te acogeré y frustraré las veces que sea necesario para que encuentres tus propios recursos y liberes tu potencial. Tira al tacho de basura lo que no te sirve más y descubre una nueva forma de estar en el mundo; encuéntrate contigo mismo de manera honesta y sin máscaras.
Crecer es un proceso y duele... aquí no encontrarás fórmulas mágicas, tips, consejos o esas tonterías que no te sirven (y lo sabes). Sólo tú (y nadie más que tú), sabes lo que necesitas para vivir con plenitud; por ahora no puedes ver que tu propio ser contiene una sabiduría infinita pero lo lograrás (si es que quieres, es tu responsabilidad y libre elección)
Integra tus emociones, pensamientos y acciones... tu cuerpo, tu mente y tu espíritu... Encuentra tu paz, tu equilibrio interior...
Una vez que lo encuentres nos despediremos con un profundo abrazo.
Tu continuarás tu camino con lo que descubriste, sanaste e integraste. Si es que lo decides, podrás caminar con los ojos abiertos en el aquí y ahora de tu vida... libre, responsable y auténticamente"

Claudia Cisneros Ortiz

Te acompañamos en tu búsqueda personal para que te descubras, te conozcas, sanes tus heridas, te conectes con tu Esencia y encuentres el Sentido a tu vida.


Citas con Sentido y Esencia...



8 de abril de 2012

Los motivos que nos llevan a hacer terapia

Los motivos que nos llevan a hacer terapia
Lic. Teresa Cleris, de la Asociación Gestáltica de Buenos Aires

Comparto contigo estas palabras que resumen de manera puntual, lo que puedes encontrar haciendo terapia Gestalt... es un camino, un viaje interior profundo y auténtico para crecer y vivir con responsabilidad tu aquí y ahora.


El viaje de María

Una maravillosa manera de conocer y comprender a quienes vienen a este mundo, con autismo.

¡disfruta el viaje y toma lo que te sirva para tu propia vida!


Mi hermanito... de la luna

Ternura y Encuentro
de la tierra a la luna y de la luna a la tierra... encontrando el punto medio entre dos mundos
Amor... Tolerancia... y más Amor

Una conmovedora y emocionante visión de aquellos a quienes catalogamos como "diferentes" o "especiales"
¿acaso... tu y yo no somos diferentes y especiales también? *=)

Escuchando esas voces y risas se me alegra el corazón...
y ¿qué te pasa a ti al ver este video?