
Cuando despertamos a nuestros sentidos, comenzamos a ver, a sentir, a vivenciar nuestras necesidades y satisfacciones, en vez de jugar roles y necesitar toda clase de utilería -casas, automóviles, decenas y decenas de trajes-, aunque cuando viene el caso, una mujer nunca tiene nada que ponerse, así que necesita aun otro disfraz. O el hombre que tiene que conseguir un disfraz cuando va al trabajo y otro cuando va a ver a su enamorada -toda esa millonada de lastre innecesario con que cargamos-, no percatándonos que todas las pertenencias se nos dan de todos modos únicamente por tiempo limitado. Uno no se lo puede llevar consigo, y si tenemos dinero, entonces tenemos preocupaciones adicionales sobre qué hacer con el dinero. No debiera perderlo o debiera acrecentarlo, etc., etc. -todos esos sueños, todas esas pesadillas tan típicas de nuestra civilización. La idea del despertar y hacerse de verdad, significa existir con lo que se tiene, con el potencial real y pleno, una vida rica, una experiencia profunda, alegría, ira -¡ser verdaderos y no zombies! Este es el significado de una terapia verdadera, de una maduración verdadera: el verdadero despertar, en vez de esa continua autodecepción y fantaseo con metas imposibles, sintiendo lástima de nosotros mismos porque no podemos representar la parte que queremos representar."
Fritz Perls
Creador de la Terapia Gestalt
Sueños y Existencia, Ed. Cuatro Vientos, 1974
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